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Acceso a la anticoncepción en el mundo: situación actual y desafíos pendientes

Publié le 2 de junio de 2025 en Hechos y cifras , modificado 5 de junio de 2025

Informe especial sobre la situación de las desigualdades de género en el mundo en 2025 :

Este análisis del Acceso a la anticoncepción en el mundo complementa un informe especial centrado en las desigualdades de género a nivel mundial en 2025 (disponible en inglés).

 

La realización universal de los derechos sexuales y reproductivos constituye una de las metas fundamentales contempladas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La meta 6 del ODS 5 aspira a « Asegurar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos ». Esta ambición se inscribe en la continuidad del Programa de Acción adoptado durante la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de El Cairo en 1994, así como del Programa de Acción de Beijing, aprobado en 1995, ambos documentos que reconocen la importancia de promover el acceso universal a los servicios de salud sexual.

No obstante, los avances siguen siendo desiguales. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 164 millones de mujeres en edad de procrear no tienen acceso a los métodos anticonceptivos que necesitan (últimos datos disponibles : 2021).

 

La anticoncepción se refiere al conjunto de métodos destinados a prevenir un embarazo no deseado. Se distinguen, por un lado, los métodos tradicionales como el coitus interruptus o el seguimiento del ciclo menstrual, considerados poco fiables, y, por otro, los métodos modernos, entre los que se incluyen la anticoncepción hormonal, la anticoncepción de emergencia, los preservativos y los dispositivos intrauterinos.

El acceso a la anticoncepción representa, por una parte, una garantía fundamental para que cada persona pueda disponer libremente de su propio cuerpo. Por otra parte, constituye una herramienta clave para reducir los riesgos que puede conllevar un embarazo. En efecto, al disminuir el recurso a abortos de riesgo y al prevenir complicaciones maternas, la anticoncepción contribuye de manera directa a la reducción de la mortalidad materna.

Pese a su importancia crucial para alcanzar tanto el ODS 3, relacionado con la salud, como el ODS 5, que promueve la igualdad entre los géneros, el acceso libre a la anticoncepción sigue viéndose entorpecido por múltiples obstáculos. La carga financiera, mental y logística de la anticoncepción recae de manera abrumadora sobre las mujeres, reforzando aún más las desigualdades en materia de planificación familiar. De hecho, a pesar de la existencia de métodos como la esterilización o la anticoncepción hormonal masculina, el uso de anticonceptivos continúa estando predominantemente limitado a la población femenina.

El acceso a la anticoncepción en el mundo : antecedentes históricos y cifras clave

 

  • 1960 : : Comercialización de la píldora anticonceptiva en Estados Unidos, Australia, Alemania y Gran Bretaña.
  • 1979 : Adopción de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer que estipula que las mujeres deben ser informadas sobre los métodos anticonceptivos y su uso, y tener acceso garantizado a la educación sexual y a los servicios de planificación familiar.
  • 1991 : Comercialización de la píldora abortiva en el Reino Unido, en Suecia (1992), y posteriormente en otros 90 países en 1999.
  • 1994 : Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo que llama a los Estados a convertir la salud reproductiva en un tema central.
  • 1995  : Declaración y Programa de Acción de Beijing, que reconocen el derecho de cada persona a estar informada sobre métodos de planificación familiar seguros, eficaces, asequibles y aceptables.
  • 2003 : Adopción del Protocolo de Maputo por la Unión Africana, que reconoce el derecho de las mujeres a controlar su fertilidad y a elegir su propio método anticonceptivo.
  • 2007 : El 26 de septiembre se convierte en el Día Mundial de la Anticoncepción.

 

  • En 2022, 874 millones de femmes en el mundo, es decir, el 77,5 % de las mujeres en edad de procrear, utilizan un método moderno de anticoncepción, lo que representa un aumento de 10 puntos porcentuales con respecto a 1990 (67 %)
  • Cada año, 74 millones de mujeres que viven en países de ingresos bajos o medios quedan embarazadas de manera no intencionada

 

 

Un acceso a la anticoncepción moderna, limitado por múltiples factores

 

  • Acceso limitado a los servicios de salud sexual   : de aquí a 2030, se espera que 70 millones de mujeres adicionales utilicen un método moderno de anticoncepción. Sin embargo, el acceso y el uso de la anticoncepción siguen estando intrínsecamente ligados a las desigualdades socioeconómicas y territoriales. En efecto, el lugar de residencia y el nivel de vida del hogar favorecen, o por el contrario dificultan, el uso de métodos anticonceptivos.
    • Factores socioeconómico   : las poblaciones desfavorecidas que viven en la periferia y en barrios marginales suelen estar alejadas de los servicios de planificación familiar. Así, las jóvenes con bajos ingresos presentan tasas desproporcionadas de embarazos no deseados, especialmente debido a los costos económicos de la anticoncepción. En las regiones más desarrolladas, el 7 % de las mujeres tienen necesidades no satisfechas en materia de planificación familiar, frente al 15 % en los países menos adelantados. Cada año, 74 millones de mujeres que viven en países de ingresos bajos o medianos quedan embarazadas de forma no intencionada. Como consecuencia, se practican 25 millones de abortos en condiciones de riesgo y se producen 39 000 muertes maternas anuales según la OMS. 
    • Desigualdades geográficas y falta de servicios de planificación familiar : las desigualdades en el acceso a la anticoncepción se superponen a disparidades geográficas marcadas. Por ejemplo, la proporción de necesidades no satisfechas en planificación familiar en el continente africano es del en Asia Sudoriental, 10 % en Europa, 8 % en América y 4 % en el Pacífico Occidental.
    • Mala calidad de los servicios disponibles   : el acceso a servicios de planificación familiar de calidad y asequibles resulta fundamental para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Según un estudio de la OMS en Filipinas, solo el 3 % de las mujeres que deseaban retrasar o limitar el embarazo recibieron asesoramiento sobre anticoncepción durante sus visitas recientes a centros de salud. Esta situación contribuye cada año a más de 600.000 abortos en condiciones de riesgo en Filipinas.
    • Impacto de la pandemia de COVID-19 en el acceso a la planificación familiar : la pandemia provocó importantes disrupciones en la disponibilidad y el acceso a servicios de anticoncepción, aborto seguro, atención a víctimas de violencia basada en el género, así como a pruebas de VIH e infecciones de transmisión sexual.
  • Obstáculos al uso de anticonceptivos : las dinámicas sociales dentro de las parejas, los estigmas sociales y las creencias representan factores que dificultan el uso de la anticoncepción. Asimismo, el nivel educativo y la educación en salud sexual son elementos clave para alcanzar la meta 7 del ODS 3, es decir «  garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los de planificación de la familia, información y educación, y la integración de la salud reproductiva en las estrategias y los programas nacionales  ».
    • Relaciones de género dentro de la pareja : el temor a un desacuerdo con la pareja puede llevar a algunas mujeres a evitar los centros de planificación familiar. Según las Encuestas Demográficas y de Salud, en 34 países desde 2015, el 14 % de las mujeres casadas que no usan anticoncepción indican que es principalmente su esposo quien toma esa decisión.
    • Estigmatización social : en los países donde la anticoncepción sigue siendo un tema tabú, las mujeres no casadas son menos propensas a buscar métodos anticonceptivos por miedo a ser marginadas. Además, los hombres que acompañan a sus esposas a los servicios de planificación familiar pueden ser percibidos negativamente, como dominados por sus parejas, y se sienten incómodos al encontrarse en espacios considerados « femeninos ».
    • Motivaciones religiosas : las creencias religiosas pueden influir profundamente en las prácticas cotidianas y determinar el uso, o rechazo, de métodos anticonceptivos. Algunas religiones condenan el uso de anticonceptivos modernos, y pueden difundir la idea de que estos provocan enfermedades o fomentan la infidelidad.
    • El nivel educativo : un faible niveau d’éducation peut être un facteur favorisant les grossesses non désirées. un bajo nivel de instrucción puede ser un factor que favorezca los embarazos no deseados. Los datos recogidos en África subsahariana confirman que la falta de conocimientos o la información errónea constituye un obstáculo al uso de anticonceptivos, según un estudio reciente publicado en The European Journal of Contraception & Reproductive Health Care.
    • Miedo a los efectos secundarios : Según un estudio de la OMS realizado en 36 países, 2/3 de las mujeres sexualmente activas que desean espaciar o limitar la maternidad han dejado de utilizar anticonceptivos por temor a problemas de salud y por subestimar el riesgo de embarazo. Una encuesta del Instituto Guttmacher revela, además, que en 52 países, una de cada cuatro mujeres no utiliza anticonceptivos por temor a efectos secundarios como la esterilidad o la depresión.

 

Para más datos sobre las desigualdades entre mujeres y hombres en el mundo, consulte nuestro articulo sobre el recuento de los datos sobre las desigualdades de género en el mundo.

Descubre el Informe especial sobre las desigualdades de género en el mundo en 2025 de Focus 2030 en su totalidad.

 

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