Publié le 27 de diciembre de 2019 en Analisis
La Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) ha vuelto a la agenda política tras los flujos migratorios observados durante estos últimos años entre las dos orillas del Mar Mediterráneo.
Pronto estará disponible para descarga la Nota de análisis nº4 en español, mientras tanto, puede descargar aquí la nota en francés
Así pues, las migraciones internacionales se toman cada vez más en cuenta en la definición de las políticas de la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD). Esta combinación de temas suscita cuestiones e inquietudes entre numerosos actores del desarrollo y de la solidaridad internacional.
La articulación de dos problemáticas diferentes, por un lado, los fenómenos migratorios, y por otro lado, la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD), se basan en hechos que, en algunas ocasiones, pueden resultar poco intuitivos.
Respecto al estatuto especial de las personas refugiadas, si bien desde el año 2015 han aumentado considerablemente su presencia en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y de manera especial en Europa, los países en desarrollo siguen siendo los grandes responsables de la acogida para la mayoría de estas personas (85%) en todo el mundo.
En 2017, la proporción de los costes de acogida de personas refugiadas en la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) mundial ascendió a 14.200 millones de dólares, es decir, el 10% del total de la ayuda de los países de la OCDE. Un presupuesto que duplica la ayuda otorgada en 2014.
La nueva política migratoria de la Unión Europea no duda en hacer de la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) una de las herramientas de control de las migraciones, en detrimento de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Esta política ha sido ampliamente criticada por las ONG, que se niegan a aceptar que la AOD pueda estar condicionada a una mejor gestión de los flujos migratorios por los países de origen, propuesta apoyada por cada vez más responsables políticos
Lejos de la visión de seguirdad que caracteriza a la mayoría de las políticas migratorias actuales, el fenómeno de la migración internacional considerarse, por el contrario, como un factor considerable para el desarrollo, tanto para los países de origen, como para los países de tránsito y de acogida.
Así pues, las transferencias financieras de las personas migrantes representan una ganancia sustancial que contribuye a la mejora de las condiciones de vida de sus familias, y de forma general, al desarrollo local. En 2017, el importe de las remesas de los migrantes destinadas a los países en desarrollo se elevó a 466.000 millones de dólares, una cifra sin precedentes. Esta suma representa el triple del volumen total de la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD).
Para obtener más información sobre la articulación entre la cuestión de las migraciones internacionales y la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD), puede consultar a continuación la Nota de análisis nº4 (versión en francés).