Publié le 5 de mayo de 2020 en Analisis
Tras un aumento importante de la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) durante la década de los años 2000, las posiciones en contra de la ayuda se han vuelto cada vez más importantes. Considerada ineficaz, en el mejor de los casos, pero también contraproductiva o nefasta, en el peor. Si bien la ayuda internacional no puede responder por sí sola a todos los retos del desarrollo, es importante salir del debate binario que opone los pros y los contras.
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Resulta más interesante concentrarse en las condiciones identificadas que permiten que la ayuda sea eficaz: selección, coordinación, previsibilidad, variedad de instrumentos, coherencia con otras políticas, etc. Asimismo, es importante pensar la AOD como complemento de otras fuentes.
Además, existen argumentos y ejemplos bien documentados que demuestran el papel crucial de la AOD para las poblaciones más desfavorecidas.
Así pues, las organizaciones internacionales han elaborado iniciativas para controlar el impacto de sus acciones y la evolución dichas prácticas. En realidad, toda ampliación de los plazos para la financiación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) tendrá repercusiones directas sobre las poblaciones vulnerables, provocando sobrecostes financieros tan elevados que harán complicado recuperar el tiempo perdido.
De hecho, por cada 1.000 dólares de ingreso nacional en los treinta países más ricos, se destinan únicamente tres dólares a la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD).
Por otro lado, según el Banco Mundial, menos del 10% de la población mundial vivía en la extrema pobreza en 2015, frente al 37% en 1990 y el 44% en 1981.
Así pues, cabe plantearse la cuestión: ¿es la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) demasiado elevada, costosa o ineficaz?
Independientmenete de los análisis críticos acerca de la Ayuda, es importante recordar el papel crucial y único de la AOD para luchar contra la extrema pobreza y su contribución al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), cuyo éxito depende en gran medida de este instrumento de redistribución de la riqueza:
– Incluso con las proyecciones económicas más optimistas, faltarían 70.000 millones de euros de financiación anual para financiar los servicios básicos en los países más pobres.
– Si se mantiene la tendencia de los últimos quince años, 167 millones de niños, la gran mayoría en África subsahariana, seguirán viviendo en la extrema pobreza en 2030.
– Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) no podrán ser alcanzados sin, como complemento a otras fuentes de financiación, una Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) en forma de donaciones, que quede concentrada especialmente en los países y poblaciones más pobres.
Descubra las 7 ideas preconcebidas acerca de la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD):
Idea preconcebida n°1 : los niveles de AOD son demasiado altos
Idea preconcebida n°2 : la AOD es ineficaz
Idea preconcebida n°3 : la AOD beneficia ante todo a régimenes corruptos
Idea preconcebida n°4 : la AOD está al servicio de los intereses diplomáticos y económicos de los principales países donantes
Idea preconcebida n°5 : la inversión económica y el fortalecimiento de los sistemas fiscales son más eficaces que la AOD
Idea preconcebida n°6 : la AOD, una fuente de financiación menor en comparación con otros flujos
Idea preconcebida n°7 : la extrema pobreza ha disminuido lo suficiente en el mundo
Para conocer mejor los agumentos que se declaran a favor o en contra de la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) puede consultar aquí la nota de análisis nº7.