Publié le 26 de diciembre de 2019 en Sondeos
Con motivo del 40º aniversario de la Constitución Española, el Real Instituto Elcano – organización socia de Focus 2030 – publicó una nueva edición de su barómetro de opinión que muestra, a través de una serie de sondeos, como la opinión pública española entorno a la política exterior del Estado ha ido evolucionando a lo largo de los últimos cuarenta años. Este estudio analiza también la manera en que los españoles y españolas perciben el mundo y los principales desafíos internacionales.
Resumen del informe, cuya versión original puede descargarse aquí
Observando en perspectiva este periodo de 40 años, podemos ver que los españoles están hoy más interesados en los asuntos internacionales de lo que lo estaban en los inicios de la democracia, se sienten parte de una sociedad mucho más globalizada y, como consecuencia, tienen mayor capacidad de expresar una opinión sobre temas de política exterior. Esto se refleja en una fuerte disminución del número de personas que no tienen opinión o no desean responder, lo que hace aún más difícil comparar los últimos resultados con los de hace 30 o 40 años.
El informe examina los conocimientos y opiniones de los españoles y las españolas sobre la política exterior del Estado, la Unión Europea, la OTAN y la ONU, y analiza cómo es vista España antes y después de la Constitución y los efectos del cambio tecnológico en la vida cotidiana. También cuestiona cómo ven los españoles a los responsables de la política internacional y la influencia de España y otros países.
Interés por asuntos de política exterior
Si bien durante los primeros años de la democracia la política internacional suscitaba de poco interés entre los y las españolas, todavía hoy sigue ocupando un lugar muy secundario entre los temas debatidos por los ciudadanos. En 1983, la primera encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre política internacional mostró que el interés en este tema era mucho menor que el interés suscitado por la política local o regional y, lógicamente, por la política de ámbito estatal. En 1984, sólo el 29% de los españoles dijo estar interesado en la política internacional (CIS, Estudio 1381, 1984). Hoy en día, aunque la política internacional sigue siendo el tema menos interesante, el 41% de los encuestados dijo estar atento a esta información, reduciendo la brecha con la actualidad local o nacional en términos de interés.
Unión Europea
Tras más de 30 años de pertenencia a la Unión Europea, el nivel de información entre los españoles y españolas sobre su funcionamiento, instituciones y dirigentes sigue siendo bajo. En la actualidad, sólo el 18% de los encuestados recuerdan el nombre del presidente de la Comisión Europea, un porcentaje muy inferior al de 2014 (30%), cuando el presidente era el portugués Durão Barroso. Esta diferencia se explica por el hecho de que Durão Barroso estaba en su décimo año como presidente de la Comisión en el momento de la encuesta de 2014, mientras que Juncker había sido presidente durante cuatro años. Los hombres responden correctamente a esta pregunta con mucha más frecuencia que las mujeres, mientras que, como es de esperar, lo mismo se aplica a los que tienen un título universitario en comparación con otros.
Un informe ambivalente respecto a la OTAN
Una vez concluido el referéndum sobre la adhesión de España a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en 1986, este tema dejó de estar presente en el debate público de la sociedad. Unos años más tarde, el Pacto de Varsovia fue desmantelado y el final de la Guerra Fría puso en duda la utilidad de esta organización. Por lo tanto, el barómetro examinó las percepciones españolas sobre la utilidad de la OTAN, con resultados mixtos. La opinión media se inclinó ligeramente hacia una respuesta positiva (la OTAN es útil). Sin embargo, para las personas con orientaciones ideológicas de izquierdas la respuesta fue más bien negativa (con una puntuación media de 4,3 sobre 10), mientras que para las personas con orientaciones de derechas la utilidad de la OTAN, aunque valorada positivamente, alcanzó una puntuación media de sólo 6,5 sobre 10.
La España de antes y después de la Constitución
Con independencia de que hayan vivido en el período anterior a la Constitución de 1978, la gran mayoría de los españoles y españolas entrevistadas (77%) cree que España es ahora un país mejor que entonces. Si bien las diferencias de edad no parecen ser un factor determinante para apoyar esta visión, la profesión, la ideología, el nivel de educación y la región de residencia son variables discriminatorias. En general, la satisfacción con España hoy en día, comparada con la de antes de 1978, es mayor entre las personas con estudios, entre personas ocupadas y estudiantes, entre los partidarios de la izquierda y en la región de Madrid. Por el contrario, las personas sin empleo, las trabajadoras del hogar, las menos formadas, las partidarias de la "derecha" y las residentes en Cataluña son menos proclives a compartir esta opinión.
El impacto del cambio tecnológico en la vida cotidiana
El barómetro del Instituto Elcano también preguntó sobre las principales preocupaciones de los españoles y españolas para el futuro a través de una pregunta abierta, permitiendo una respuesta espontánea. El aumento del desempleo y las dificultades de acceso al empleo son algunas de las principales preocupaciones citadas, lo que refleja el hecho de que la población todavía se ve afectada en gran medida por la crisis económica que golpeó duramente al país después de la crisis financiera de 2008-2009.
Ante la aparición del debate sobre el impacto de la innovación tecnológica en el futuro del empleo, el barómetro quiso cuestionar a la población sobre su actitud ante el cambio tecnológico.
Los resultados son indiscutibles y las respuestas muy pesimistas: el cambio tecnológico provocará una disminución del empleo, aumentará las desigualdades entre los españoles, perjudicará o reducirá las pensiones, reducirá los salarios y tendrá un efecto muy negativo en la vida privada de las personas y, en menor medida, en las comunicaciones interpersonales. Sin embargo, la innovación tecnológica podría tener efectos positivos, en particular para la salud o la educación y para la calidad de vida. Desde este punto de vista, es interesante ver que estos supuestos, que pueden facilitar la vida o hacer más efectiva la intervención médica, ignoran una línea intermedia de razonamiento sobre cómo se podrían asignar los medios para pagar los servicios públicos en un mundo sin trabajadores (y por tanto sin impuestos) o cómo los individuos tendrán el poder adquisitivo necesario para beneficiarse de estas tecnologías sin poder adquisitivo en caso de que aumente el desempleo, señala el Instituto Elcano.
La distribución de las respuestas sobre el impacto de la innovación tecnológica es sorprendentemente homogénea, sin diferencias significativas por segmento de la población. Sólo destacan dos excepciones, las respuestas de los estudiantes, que fueron mucho más optimistas, y las de los desempleados, que fueron mucho más pesimistas que la media.
Líderes políticos de otros países
La canciller de Alemania Angela Merkel permanece en la cima del prestigioso ranking de los líderes políticos más conocidos y considerados, seguida del presidente de Francia Emmanuel Macron. Como se ha observado en olas anteriores de este barómetro, la evaluación positiva del liderazgo de uno u otro líder político aumenta entre los que se declaran "de derechas" y disminuye entre los "de izquierdas".
Cuando se les pregunta sobre el nivel de influencia de ciertos países en la escena internacional, los españoles siguen dando a su propio país una calificación inferior a la de otros países europeos: 5,3 para España frente a 7,1 para Alemania, 6,3 para Francia o 6,9 para los Países Bajos. Esta opinión es unánimemente compartida por toda la población encuestada en todas las variables tomadas en conjunto. Sin embargo, el posicionamiento de la izquierda y la derecha desempeña un papel importante en la evaluación de otros países, en particular en el caso de Alemania y los Estados Unidos, donde los partidarios de la izquierda califican a estos países más severamente que los partidarios de la derecha.